Pipo Virgós
Director creativo ejecutivo
Oficina
- Spain
La agencia llegó a mí en 2019, cuando yo trabajaba en SCPF como director creativo ejecutivo. Y ese es el cargo que sigo ocupando, pero con capacidades amplificadas y un departamento de Innovación y Tecnología que llena de sentido esas palabras.
Empecé en 1999 en la misma SCPF para, en 2005, mudarme a Madrid, a Sra. Rushmore. Después, entre 2007 y 2012 trabajé en Shackleton Barcelona. Ese año regresé a SCPF, de donde solo me he movido para pasar dos años en Londres dedicando la mitad de mi tiempo a J. Walter Thompson Londres y la otra mitad a SCPF. Dos años tremendos.
Aunque he permanecido largas temporadas en las agencias en las que he trabajado, en realidad soy bastante cortoplacista. Cada brief es el último. Un crucigrama que hay que resolver. Con problemas que son cada vez más complejos. Más competencia, más medios, nuevas tecnologías. Y que disfruto trabajando en equipo. Y, poco a poco, pieza a pieza, ayudar a construir una marca. Una MARCA.
Quizá por eso, de lo que más orgulloso me siento es de haber podido trabajar para una marca como Sabadell durante diez años. Más que cualquier premio (y he ganado unos cuantos en Cannes, en los Effies, en el c de c, en El Sol). O para BMW, Coca Cola o Ikea. Pero también soy una persona competitiva. Y celebré mucho ganar la cuenta del Ayuntamiento de Barcelona cuando Shackleton Barcelona éramos una oficina recién abierta de seis personas contadas. Entonces trabajaban para la marca agencias tan buenas como VillarRosás, DDB o la misma SCPF, y quizá ahora no le daría tanta importancia, pero entonces era un cliente emblemático y nosotros unos recién llegados.
El resto de la vida, para mí, son las pequeñas cosas. No hablo de gotas de rocío ni amaneceres, sino de croquetas y cerveza. De música y eso. Aunque una buena ruta de montaña podría estar en el número 2.